8 de noviembre de 2006

Gobierno, incertidumbre y riesgos.


Cambio climático y terrorismo internacional ocupan la agenda política de los gobiernos. Esas amenazas, de origen natural o humano, implican su doma y, con ésta, el dominio que consigue el domador. La reducción de la incertidumbre ha sido siempre la adaptación de la especie al medio para su supervivencia. Y la gestión de esa incertidumbre, la clave del dominio. Pero la novedad, en época de superpoblación como la actual, es el rechazo del riesgo o, mejor, el traslado del riesgo a las poblaciones menos preparadas tecnológicamente para sobrevivir, al antes llamado tercer mundo. La tribu siempre ha pagado a los dioses un tributo en forma de sacrificios humanos para aplacar su cólera (la incertidumbre), por propia mano o en forma de guerras. Aún se hace en alguna tribu africana (ej., Mali), a la que calificamos de bárbara para ocultar nuestra barbarie.

Encerrar esa amenaza en límites soportables al ser humano era tarea del hechicero y en fronteras ciertas y previsibles, labor del gobernante. Por eso lo importante es la sensación (consumo) de seguridad y bienestar por encima de la seguridad y bienestar reales. Y evitar cualquier riesgo, sea en forma de responsabilidad o de rebelión, personales o colectivas. Hoy no se admite la responsabilidad personal (ante un examen o en una empresa) ni colectiva (administrativa o en un claustro) Cuando se transfiere una competencia de un nivel superior del Estado a otro inferior (Comunidad Autónoma), la responsabilidad se queda en el origen, el cual, al carecer ya de ella y tender además a la extinción, no puede responder. No se exige responsabilidad al nuevo titular, la Comunidad Autónoma, porque sería como exigírnosla a nosotros mismos, por cercanía al gestor y necesidad de integrarnos en la nueva tribu. Cuanto más lejos la responsabilidad –que es una amenaza a la sensación de seguridad- y cuanto más cerca la competencia que nos haga sentir seguros y acomodados, mejor.

(Morris, Robert – Box for Standing In – 1961)


El rechazo del riesgo como demanda ciudadana se corresponde con la falta de responsabilidad como pauta del gobierno moderno. Las necesidades básicas cambian y la seguridad –junto al bienestar- es una de ellas. Hace ya tiempo que vemos en los telediarios a las familias de militares destinados en Afganistán y Líbano pedir a sus gobernantes que alejen a los suyos de lugares de riesgo. Hoy ningún militar o policía consideraría incluido en el sueldo el riesgo de morir en atentado. Hasta hace relativamente poco sí, luego se trata de cambios recientes que conviene analizar si se quiere denunciar el totalitarismo que encierran. El mismo proceso de paz vive de esta ilusión. Proliferan los deportes de riesgo pero se exige su práctica con seguridad. A las etéreas garantías jurídicas han sucedido las garantías que se exigen a los electrodomésticos y las pólizas de seguros. Frente a esta tendencia, quienes reivindican el riesgo como conducta honorable de la comunidad -la disposición al sacrificio personal a cambio de la cohesión social basada en unas normas pactadas-, tendrán que convencer mucho para no ser pasto del tiempo.

Porque reclamar la potestad y la autoridad como principios legitimadores de la acción de gobierno, cuando hace tiempo que fueron transferidas al desván de lo inútil, es ignorar los nuevos imperativos de la política. Potestad y autoridad eran valores en la organización social, sentidos ahora como molestas e inútiles obligaciones por la población y sustituidos por bienes tangibles y de consumo inmediato como la demanda inducida de paz, seguridad y bienestar (por intangibles que parezcan).

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6 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

Mis felicitaciones por el magnífico artículo de hoy.

Parece ser que la voz crítica de la ciudadanía va a más y no a menos. En este País de las Maravillas, donde se ha instalado una lógica perversa del sinsentido de la realidad, muchos nos cuestionamos, sencillamente, hasta cuando aguantaremos esta farsa de democracia en la que estamos.

Lo curioso de panorama que se va perfilando es el aumento de inseguridad y la disminución de la libertad. ¿Por qué es así? Por el oportunismo del sistema político implantado: el Régimen de Partidos,que nos viene a decir "ahora mandan los míos, y los otros os aguantais" De una dictadura de un sólo partido, durante el franquismo, hemos pasado a una dictadura de cinco partidos, y a callar... ¿hasta cuando vamos a seguir con esta indignante situación?

Un cordial saludo.

10:39 a. m.  
Blogger hugo solo escribió...

de cuantos muertos hablamos ?

10:43 a. m.  
Blogger Bartleby escribió...

Hugo:
No contamos los muertos como legitimación de prioridades políticas que se esconden tras el granel de la cantidad.
El ya conocido argumento del presidente del gobierno es que el cambio climático mata más que el terrorismo internacional. Eso se llama gestión de catástrofes como excusa para disciplinar a la población. Es lo mismo que las alertas decretadas cuando llueve: una manera de distraer ofreciendo seguridad previa inyección de miedo.
Todo lo contrario que la razón política, la cual -como razón que es- queda sometida a la impugnación al exponerse como tal. Frente a ella, ¿quién impugnaría que lo salven de la lluvia?
Saludos, Bartleby.

12:39 p. m.  
Blogger Bartleby escribió...

Francesca:
De acuerdo con su diagnóstico: "el aumento de inseguridad y la disminución de la libertad".
La sensación de inseguridad se inocula para vender de inmediato seguridad: carnet por puntos; ley anti tabaco; salud privada por decreto. Ante esa disyuntiva, la población renuncia a la libertad con sumo gusto, ya que encima se ahorra la responsabilidad que conlleva.
El sujeto político que dijo "Libertad, ¿para qué?" ha pasado de Lenin a esa población. Queda rizado el rizo del totalitarismo.
Saludos, Bartleby.

12:58 p. m.  
Blogger hugo solo escribió...

Bartleby:
he tomado la linea de cambio climatico nosotros somos los culpables que para el año no se cuantos se necesitaran dos planetas del tamaño de la tierra hace poquito se hablaba que la tierra tiene recursos suficientes para alimentar a su poblacion al parecer esto se acabo y habra que ir pensando en hacer hueco superpoblacion luego soldados o al menos sus familiares que no quieren que corran riesgos y si hablamos de acomodo la maxima preocupacion nacional el tener un piso de propiedad de no menos de 500.000 euros los mas baratitos.

1:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Bart: haciendo tiempo, le he dejado algún regalo en Arcadi.

1:50 p. m.  

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