16 de enero de 2007

Mascarada, violencia y subversión

(Yinka Shonibare, ‘Un ballo in Maschera’)
Al cabo de 40 años de terrorismo nativo la política antiterrorista se parece cada vez más a ese paisaje de la Islandia central que describía W.H. Auden con ironía: “el pedregoso, el más pedregoso y el pedregoso del todo. Las piedras (...) no son lo bastante grandes para impresionarte, ni demasiado pequeñas para negociar con ellas. Ni son pintorescas, ni tienen la menor utilidad.” Como una lluvia ácida sobre roca porosa, dos fatalismos se han asentado en la costumbre del Estado:

1º) la hegemonía del nacionalismo vasco, fundada sobre una larga y áspera desigualdad de derechos de los ciudadanos en ese territorio y la clandestinidad tolerada que una mitad de ellos sufren tanto en la vida cotidiana como en la política, en el bar y la escuela como en las urnas.

2º) la expansión de ese nacionalismo hacia las competencias -tan residuales como de ejercicio vergonzante- del Estado en el País Vasco, con un status de independencia de facto como objetivo viable a medio plazo, y hacia la ocupación de territorios vecinos como Navarra y… el condado de Treviño.

Los atentados terroristas forman parte de ese paisaje y cuentan con su ritual de duelo, encabezado por editoriales y columnas periodísticas que rizan el luto, y con sus plazos y trámites de amortización. Gana el partido que tenga más reflejos y habilidad para recuperar la oferta política de las rebajas democráticas: vida a toda costa, Estado y muertos incluidos. El duelo se acorta cada vez más y se exportan los cadáveres por vía aérea sin hacerles funeral que pueda comprometer imágenes de gobernantes. El Estado se reúne alrededor del cadáver -anuncio de que el suyo será el próximo- como una familia numerosa y descastada, cuyos miembros se apresuran a recordarse mutuamente que nunca se ven más que en los entierros y a prometerse estar más unidos, con la íntima convicción del mentiroso que se despide hasta el próximo e indiferente muerto.

Pero el hastío de tantos años hace que los aspavientos y su ritmo durante el funeral simbólico también cambien: ahora se exige unánimemente que el adiós a las armas de ETA sea inicio y no final de ruta, que las cesiones del gobierno se limiten a beneficios penitenciarios y medidas de gracia, por este orden y contra ratificación de ese adiós por parte de los terroristas. Y se excluye cualquier precio político, excepto el que se viene pagando desde la restauración de la democracia, las letras por el pecado original de la dictadura. Pronto se aceptará que esas condiciones previas y concesiones tasadas sean simultáneas con la renuncia a la violencia, en un nuevo proceso tácito protagonizado por mediadores y adornado por mohines de soberbia de “los que saben y, por tanto, callan”.

(Orlan, serie African self-hybridation)

Es significativo observar cómo está ausente de cualquier análisis político o mediático el antiguo lugar natural –geográfico y cultural- de expansión del nacionalismo: el País Vasco francés. La política del país vecino ha sido la de encerrar entre dos férreos interrogantes –firmeza estatal y convicción social- el hipotético conflicto que le brindaba ETA. En cambio, nuestra respuesta es la gestión aplicada de una culpa indeleble, el mito de la opresión española hacia sus naciones irredentas, y se ha traducido en una generosa importación de pretensiones territoriales hacia nuestras propias regiones.

Si hemos dedicado 30 años de democracia al duelo de las víctimas y al quebranto del Estado, contemplados por los violentos y sus rentistas desde el palco de la impunidad, bien podemos destinar una temporada a reconstruir un Estado que deshaga la ilusión del derecho al ‘ámbito de decisión vasco’ y a la anexión de nuevos territorios y competencias. Un Estado que se reivindique contra la hipoteca de la dictadura, de gestión infame por partidos políticos carentes de proyecto. Un Estado visible y no oculto, que salga de su propia situación de excepción y la devuelva a quien la ha implantado: el nacionalismo vasco, violento o pacífico; que recupere su institución y costumbre de manos de ese valido en lugar de seguir desapareciendo por omisión. Cuando la subversión es categoría del Estado, los atentados son accidentes.

Toda política gubernamental contra el terrorismo debe ser una política de Estado, en la que la defensa del contrato social y la costumbre democrática se plasme en la recuperación de los derechos perdidos por una parte de su ciudadanía y el ataque a los derechos ilegítimamente conquistados por una minoría. Y la esgrima de esa política es la convicción ciudadana y cohesión social que sólo surgen cuando gobierno y partidos hacen que la sintamos como propia. Otra vez hay que recurrir a palabras ajenas pero cuyo acierto las hace propias y la oportunidad, de todos: "No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos qué forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el Tiempo." (Cioran)

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10 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

No olvidemos que el gobierno tiene plena legitimidad democrática de origen y para fijar la política antiterrorista que quiera.
Y el apoyo parlamentario muy mayoritario de ayer recuerda y refuerza esa legitimidad.
Porque parece que ciertas críticas olvidan lo anterior.

11:37 a. m.  
Blogger Bartleby escribió...

Amigo Julien:
Tan cierto y justo lo que dice como que la crítica no necesita arrastrar una explicación o recordatorio de la legitimidad del criticado. Sonaría a excusatio non petita, anulando tanto su sentido como la solvencia del susodicho.

12:18 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Como se dice aquí seguiremos rizando el lenguaje, cuando no el luto:
"Otegi reconoce que existe confusión en la izquierda 'abertzale' sobre la vigencia de la tregua."
"La izquierda abertzale va a tener que hacer un ejercicio de “reflexión” ante el anuncio de ETA de que se reserva la opción de responder “a los ataques a Euskal Herria”, dado que es una advertencia que produce “confusión” y “quita credibilidad” al mantenimiento del alto el fuego." Así lo ha anunciado hoy el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi.

Otegi ha dicho que “muchos sectores de la izquierda abertzale han trasladado a los dirigentes de Batasuna que la advertencia de ETA en el comunicado en el que se responsabilizó del atentado de Barajas ?dicen que mantienen el alto el fuego pero se reservan el derecho de responder, se supone que con acciones armadas, a los “ataques a Euskal Herria”- “quita credibilidad al alto el fuego". Por ello, ante esa “confusión”, Otegi cree que habrá que realizar una reflexión.

Pero... "De todas formas, Otegi ha criticado que "algunos" utilicen la advertencia de ETA para “ocultar la confirmación del alto el fuego de una manera maliciosa".

Entretenidos descifrando el vals del lenguaje; así seguiremos.

8:15 p. m.  
Blogger hugo solo escribió...

Cual es la cantidad de dinero que mueve ETA al año ? ya que las pistolas que roba y el explosivo y los temporizadores Casio no son muy caros o secretamente lleva comprando desde hace mucho tiempo aviones harrier de despegue vertical y blindados britanicos scorpion apropiados para el tamaño del pais vasco o bien que muchos viven de sueldos que se recaudan con el impuesto revolucionario y entre zapatero con su carita de iluso esos ojitos claros y aznar con esa dureza castiza que le hizo estar unos minutos al lado de los grandes en esto de la guerra todos tratan de pactar algo unos en version blanda y otros en version dura resultado 0 y los franceses durante muchos años miraban hacia otro lado herencia de la tan buena resistencia durante la 2ªGM el unico resistente de verdad podria haber sido humprhey bogart y la ingrid bergman y lazlo.

10:29 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

ENTREGUISMO [sobre todo de competencias], SOBERANIAS Y ABISMOS.


Toda la política gubernamental contra el terrorismo presente y futuro, endógeno y exógeno, debe basarse, fundamentalmente, en una actuación que no se quiere llevar a cabo [parece que no mola]:

Liquidar, urgentemente, una politica educativa badasa en el desconocimiento, la desmembración, el fomento del nacionalismo y el localismo y, por ende, en la enseñanza de que cualquier rebeldía/rebelión -incluso a precio de sangre propia y/o ajena- mola [apoyada, como no, por el consagrado 'derecho a decidir' que cualquier tribu, urbana o rural, tiene].

Este abandono de la educación de un pueblo, España, en manos, a menudo, de desaprensivos interesados en la creación de una nueva maleabilidad preconizadora de soberanismos, independencias y otras perversiones, en nombre del derecho a cagarse en el Estado [cargarse el Estado] otorgado por el propio Estado, tiene una gravedad que, por su principio, nos lleva al abismo.

Así pues, sigo tomando el sol, sentadito en la puerta de mi casa, esperando que alguien [¿hay alguíen ahi?], decida devolver al Estado las competencias que nunca debió entregar, desde la convicción de que ni el tronco común básico, ni el control, ni la alta inspección, han sido, son, serán definibles/ejecutables.

Otro día hablaremos de la Sanidad, los Servicios Sociales y otras pequeñas zarandajas.

O sea.

---
http://www.lacoctelera.com/elquiciodelamancebia

11:00 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Francia comprendió desde el principio que cuando alguien tiene las manos ocupadas sosteniendo las bombas es imposible estrechárselas.

1:47 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Damero maldito¿Son churras o merinas? Nos ahogamos en el debate sobre el terrorismo y las medidas idóneas para combatirlo mientras la resolución parlamentaria de marzo de 2006 fraguó una mayoría política en favor del diálogo y la negociación.

Esa mayoría no es sólo una cuestión de legitimidad sino que representa a una mayoría social y, probablemente, a un nuevo sentir del ciudadanos sobre cómo afrontar el terrorismo.

Desde Aralar hasta Convergencia y Unión hay unanimidad en el camino a seguir, con diferencias en el ritmo y las concesiones. Pero habrá que hacerlas.

11:22 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Voy a poner un comentario bíblico, pero referido a pesonajes humanos: Cristo, Pilatos y Herodes...
En la prisión de Jesús, en los interrogatorios del juicio, y en la asunción de la sentencia, Cristo sólo contestaba a Pilatos, a pesar de que este se lavaba las manos y era romano... A Herodes, ni siquiera le miraba a la cara, y menos le concedió una palabra; ni siquiera un monosílabo...
Todos identificamos a Herodes con la crueldad; y la crueldad no merece ni piedad ni palabras. Ni incluso de Cristo.
Mientras tanto, el pueblo, manejado, manipulado, gritaba en la calle: ¡Salva a Barrabás!
... El que tenga oidos para oir que oiga. El que tenga entendimiento para entender que entienda...

12:15 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Llegint-vos em queda sempre un dubte que es resol al final.
¿Com podeu parlar de Bascos del sud i de dalt. A banda i banda d'una frontera, sense que hi haja ni una fissura ni dubte en els vostres pensaments?. Comentar de Navarra i no recordar-vos ni parlar de Gibraltar en el mateix sentit. Ni recordar Puerto Rico.
¿Perquè quan parleu de societat no s'adoneu que practiqueu el nacionalisme més potent?...però clar, és amagat sota la capa d'allò "social". Imperfeptible a l'autor que el practica d ela manera més natural..sense adonar-se'n. Com aquell que no sabia que parlava en prosa.
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A la fi:
La vida de Bryan dóna la resposta i alleuja els meus interrogants tenaços.

Cordialment.

4:47 a. m.  
Blogger jasonbob escribió...

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