22 de febrero de 2007

La autonomía del arte en vida

(Cindy Sherman, 'Clown', 2004)


Desde Kant quedó sancionada la autonomía del arte, tanto respecto al objeto representado como en relación a la experiencia sensible de la representación. El arte y la estética adquieren integridad al liberarse de ese vínculo de origen e ingresar de pleno derecho en el reino de la filosofía. Esta asunción de un rol autónomo por el arte es convertida por Cindy Sherman en el intercambio continuo de roles de la figura femenina, en un juego ilimitado de funciones sociales –en su caso, por parte de la mujer como objeto artístico- que busca la intensidad de la percepción, creando imágenes densas como resultado de esa permutación continua de papeles. La densidad y la dudosa identidad es lo fotografiado por ella.

La liberación por la filosofía del yugo que sometía al arte es una leva de anclas que conducirá -con la multiplicación exponencial que permite la técnica- a la deriva del referente, primero, y, después, a su sustitución por el espectáculo. Espectáculo representado como participación del espectador (con su disfraz actual de interactuación con el artista) o convocado como admiración clásica bajo nuevas formas estéticas.

La densidad del moderno proceso artístico termina por ser ambigüedad: involuntaria, cuando es gratuita la obra, o voluntaria denuncia de esa esterilidad al poner en tela de juicio el propio sentido del arte y -menos importante- el papel del artista en la sociedad. En este último caso se encuentra, valientemente, Cindy Sherman, al plantearse si los artistas son hoy los bufones de la sociedad, con su serie de imágenes “Untitled / Clowns”, de 2004. Como anteayer -antes del Renacimiento-, cuando la pintura era reproducción plana. El cuestionamiento de la identidad femenina en la sociedad que hace Sherman es metáfora de la propia identidad del arte. La multiplicación intercambiable de roles femeninos se equipara a la reproducción interminable –y mucha veces clónica- del fenómeno artístico.

Las referencias de sentido que el descubrimiento de la perspectiva y el progreso de la arquitectura en el Renacimiento proporcionan al arte, se desvanecen en la época moderna al perseguir compulsivamente un más allá de toda cultura y significado. Un Narciso autónomo. ¿Es entonces la autonomía otorgada por Kant el fatal destino que condena el arte a la errancia?

(Cindy Sherman, 'Untitled 153')

Pero la autonomía absoluta del arte, emancipándose de su liberadora filosofía y camino de perdición, fue negada por Nietzsche en El origen de la tragedia, donde el arte aparece como la verdadera actividad metafísica del hombre. Así, Nietzsche funde la relación entre arte y filosofía. Es en la actividad artística donde se manifiesta la ‘apertura al ser’. Proceso y percepción, producción artística e interpretación de la obra, son ambas cuestiones filosóficas. La apariencia no sólo formaría parte de la realidad, sino que es expresión de la verdad.

Siguiendo con la fotografía de Sherman como hilo conductor de la evolución de sentido del arte hasta su actual cosificación, “Foucault concibe un arte que ya no se reduzca a cosificaciones, antes bien, reconocer el arte de la vida, hacer de la vida una obra de arte.” (Juan Pablo Arancibia)

En su reivindicación, más mística que idealista, de la vida, dice Foucault: “Lo que me sorprende es el hecho de que en nuestra sociedad el arte ha llegado a ser algo que sólo se refiere a los objetos, y no a los individuos o a la vida; y también que el arte es una especialidad hecha por expertos que son los artistas. Pero ¿la vida de todo individuo no podría ser una obra de arte? ¿Por qué una lámpara o una casa son objetos de arte y no nuestra propia vida?” (“A propósito de la genealogía de la ética”)

La vida múltiple e intercambiable, retratada por Sherman.

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17 Comentarios:

Blogger Johannes A. von Horrach escribió...

En la misma línea de Nietzsche sobre la preeminencia ontológica del arte por delante de la filosofía irían también Hölderlin y el segundo Schelling. La diferencia esencial: que en el arte se 'invoca' al ser, no tratando de atraparlo en constructos conceptuales, convertirlo en un objeto, en un ente. La ventaja de la filosofía: un mayor nivel de conciencia, incluso de su fracaso (si es que nos ponemos de parte de Hölderlin y compañía, claro).

muy interesante, Bart. saludos

12:49 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

A propósito de la conciencia, Horrach:

La conciencia como señal de la verdad, dicha poéticamente: "La conciencia es la que otorga al ejercicio de todo acto de vida su color de sangre, su matiz cruel, pues se sobreentiende que la vida es siempre la muerte de alguien."
Antonin Artaud.

Y es precisamente la conciencia de la escisión entre sujeto y objeto la partida de bautismo del mundo moderno y, con él, del arte moderno. Escisión que está en la concepción de lo trágico en Hölderlin y Nietzsche y que deriva, hoy, en confusión si no se tiene un bisturí fino y -sobre todo- ambulante.

Saludos, Horrach.

1:11 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Y, sin embargo, la Sherman es una mujer cuya mirada se reclama femenina: "Aunque yo nunca he pensado en dar un toque feminista a mi trabajo, éste está marcado por mis observaciones como mujer en esta cultura". Dice.

Y es difícil que su militancia feminista le haya permitido sustraerse a ese rol, ella que presume del intercambio de roles

Este es uno de los problemas de las teorizaciones sobre el arte: que el artista no predica con el ejemplo.

1:16 a. m.  
Blogger Johannes A. von Horrach escribió...

Bart, interesante lo que dice (usted y Artaud). La conciencia de la escisión es incomodísima, dolorosa, incluso para pensadores como Kant o Hegel. Por eso el idealismo alemán en bloque (a diferencia de Marzoa, yo también incluiría aquí a Hölderlin) trata de encontrar un Absoluto salvador y garante de lo real que permita suturar esa escisión de la que brota todo.

saludos, Bart

1:19 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Bart: que la vida sea la propia obra de arte, no es una consecuencia clara del pensamiento en Foucault. Su defensa de la propia vida frente al Poder pasa por el desarrollo de las correspondientes micropolíticas, tecnologías del yo, donde el arte es secundario. Creo.
El que sí revindicó la vida como arte, y de ahí su vulgarización y divulgarización, en el buen sentido de las palabras, fue Joseph Beuys. Una pequeña muestra de sus micropolíticas: http://www.uclm.es/cdce/sin/sin5/entrevis.htm

10:34 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Horrach: ¿Podría ser la Abstracción ese garante desde el que pensar lo real y suturar sujeto y objeto?

Sr. Verle: Si se predica la autonomía del arte es difícil poder considerar la vida propia como arte porque esa (con)fusión impide la abstracción, proceso que define el arte.
Otra cosa es el body art y ahí prometo próximo post.
Identificar arte con vida, aunque sea como potencia, me recuerda los tiempos en que todo era política. Es el propio Beuys quien dice: "Mi concepto de arte en realidad es tal que, por así decirlo, abarca todo el ámbito político. Su objetivo es que el ser humano determine las cosas del mundo, se determine a sí mismo."
Vale, pero ¿dónde está el refrente en ese proceso de autodeterminación?
Vuelvo a la abstracción como proceso creador de lo real a través de dos mecanismos:
a) transformación, cuando hablamos de representación de un objeto o de lo "real";
b) innovación, con todas las cautelas necesarias para acreditar la creación ex-novo.

12:28 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Bart: muy acertado lo de la abstracción. Por ahí van los tiros, tiene razón.
Lo del 'body' más radical ha estado, ¿está?, en manos de féminas. Y rozando el sadomasoquismo. Foucault vs. Sade, entonces.

2:10 p. m.  
Blogger Johannes A. von Horrach escribió...

Hola Bart.

Es posible lo de la abstracción fuera la solución. Kant, por ejemplo, apostaría por una forma de pensamiento 'epagógica' (el término es de Marzoa), es decir, una especie de conceptualización sin concepto, un tipo de definición que exprese y construya algo (por ejemplo, lo absoluto) pero sin que ese algo aparezca como tal (porque no puede, al no ser 'cosa') en la propia definición. En suma, un saber no tematizable, a priori, que no dependa de lo empírico. La abstracción en grado sumo.

saludos

10:18 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Horrach: el único saber no tematizable que se me ocurre, a bote pronto, es el representado por las matemáticas, más aún que por la filosofía.
Conceptos como la diferenciación, el límite o la integral construyen absolutos y son abstracciones independientes de su aplicación empírica.
Que, además, la tienen y es tan justa como una integral de tipos fiscales: el mejor modo de garantizar la progresividad de la recaudación. Sin embargo, la tendencia actual es la contraria: tematizar la renta y la vida con tipos simples.

12:07 a. m.  
Blogger Johannes A. von Horrach escribió...

Estoy de acuerdo, Bart. El mismo Kant reconoce en la Crítica de la Razón Pura que gracias a las matemáticas sabemos que las ideas a priori existen, que no son una entelquia, y que se trata de principios sin contenido conceptual, demostrables por sí mismos.

saludos

2:17 p. m.  
Blogger Alicia Rosell escribió...

Saludos, Bart. Estoy fascinada con el artículo y los comentarios. Podría decir algunas cosas pero en definitiva no diría ninguna que no sepan ustedes y expresen mucho mejor que yo. Sobre todo porque la falta de muchas lecturas filosóficas me deja sin palabras con que defender cualquiera de mis particulares reflexiones.

Procuro quedarme siempre con esa frase interrogativa final a la que nos acostumbras y que te agradezco.
La vida de un ser humano puede considerarse tan buena obra de arte como cualquier otra, aunque seamos capaces de discernir el bien del mal y pasar por encima de ello sin remordimientos. Es la "pega" que le pongo al ser humano como posible obra de arte.
Por lo demás, me acerco más al pensamiento de Foucault; aunque no tengo muy claros los conceptos que nos expones de Sherman sobre la identidad del arte refiriéndose a los roles femeninos... creo que necesito pensar mejor este tema, sobre todo teniendo en cuenta que soy fémina y en pleno siglo XXI no dejo de consternarme por el tratamiento que la publicidad da a la mujer.
Me dirán, ¿de qué hablará? Sí, sé que estamos con la filosofía del arte y sus metáforas, que igual no viene a cuento, pero servidora es así, divaga y cuando lo hace se sale de los parámetros que dictan los textos que lee con placer y devoción. En esta página siempre lo encuentro todo, Bart.

Por eso, y aunque no pueda entablar una converación filosófica, sí tengo la osadía de escribir estas líneas que seguramente nadie sabrá contestar porque al fin y al cabo nada aportan...

Bueno, algo puedo decir, pero no es mío: Nietzsche fue adversario de Hegel, ya que consideraba que en sus venas había "sangre teológica" y Foucault dijo de él: "Pensar después de Nietzsche sólo puede hacerse reflexionando sobre las condiciones de posibilidad y las condiciones de la realidad de la vida".

¿Pueden estas frases añadir nuevas reflexiones al tema que suscitas en este artículo conciso y bien expuesto? Me encantaría que así fuera. De otro modo, hagan como que no han leído esto.

Saludos, estimado Bart. Siempre es un placer leerte.
Puri.

6:18 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Más liado que la pata de un romano, entro y observo ahora que me tiene sentado a la izquierda del padre. ¡Voto a bríos! Bart, con lo pudoroso que es uno.
No siendo culpa suya, ¿cuándo me toca en el NJ? Se ajan los textos más de la cuenta.
No, no me conteste.

8:19 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Tu pregunta me obliga a decir clara mente que sí. El único sentido que tiene la vida es la creación y sólo la disposición a hacerlo es ya una obra de arte. Aunque sea en el subconsciente. Ideas, imágenes, relaciones, sentimientos, sacrificios… de toda una vida, dan forma a una grandiosa obra de arte.

12:43 p. m.  
Blogger Alicia Rosell escribió...

Gracias por dejarme tu comentario en mi blog, Bart. Siempre es un placer tenerte como comentarista en alguna de mis dos páginas.
La tuya continúa, como siempre, repleta de sabias palabras e incontables lecturas que me llenan.

Abrazos de esta incodicional lectora amiga tuya. Que pases buen fin de semana.
Purificación Ávila.

2:31 p. m.  
Blogger bonhamled escribió...

Altura intelectual, la belleza y el arte, un discurso entre el pensamiento y la naturaleza que me gustaría conocer más.

Quedo a la escucha

10:08 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Hay individuos, como el que dice llamarse JAM Montoya,
cuya vida, efectivamente es un arte:
en este caso el de criticar a unos sin ofender a nadie [según dice].

Veánse sus obras:

http://www.jam-montoya.es/sancto/fotos.htm [y siguientes]

Dejad que los niños se acerquen a mí.
Nuestra señora de lourdes.
La santa hez.
etc

¿A que este sí que es una obra de arte?

Pero, en verdad, de otro arte:
el de permitir que un miembro de tu sociedad se 'cague'
en las liturgias [ya no creencias] de la misma.

No tiene cojones a hacerlo con los seguidores del Islam.
Y con razón.

---
http://www.lacoctelera.com/elquiciodelamancebia

3:49 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

El posicionamiento de Montoya es clavado al del cómico Rufianes de la 'España de mierda' (curiosa coincidencia escatológica).

Se trata de sinverguenzas que van de artistas, jaleados por otros sinverguenzas que van de progres y financiados por otros sinverguenzas que van de políticos.

Y que tienen algo en común: creen que no se pueden hacer bromas con la figura de Mahoma. Claro.

10:37 a. m.  

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