19 de enero de 2007

El miedo y la muerte

("No sea que por miedo a morir nos suicidemos", Kapuscinski)

(Claude Cahun: 'What Do You Want From Me?', 1928 )

Si desde siempre el miedo ha guardado la viña ahora la cultiva en forma de incertidumbre organizada en mercados que intercambian haciendas, vidas, quereres y posiciones personales, desde el bursátil que descuenta lo imprevisible a través de los bien llamados ‘futuros’ hasta el versátil que ajusta deseos y necesidades por medio de la red.

Una de las múltiples manifestaciones modernas del miedo es la sensación de pérdida de la verdad, la belleza y la virtud, es decir, de una humanidad idealizada que trasciende su destino maldito. Una fe en el hombre cuya liturgia conjuraba el miedo. La sensación de pérdida de la belleza por obra del cambio en los tiempos y la incertidumbre que su rápido ritmo genera, es tan antigua como el siguiente poema de Joseph von Eichendorff (1788-1857):

Ha terminado el reino de la fe,
está destruida la antigua magnificencia,
la belleza se ha ido llorando,
tan inclemente es nuestro tiempo.

Mucho antes, Epicuro de Samos predicaba en su ética sobre miedo y virtud, considerando al miedo como parálisis del ser humano y a la filosofía como ”medicina contra los cuatro miedos más generales y significativos: el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el miedo al dolor y el miedo al fracaso en la búsqueda del bien.” (José Sánchez-Cerezo de la Fuente)

Dando origen a la visión clásica de la muerte, Epicuro afirma: "La muerte no es nada para nosotros. Cuando se presenta nosotros ya no somos." "El recto conocimiento de que la muerte nada es para nosotros hace dichosa la mortalidad de la vida, no porque añada un tiempo infinito, sino porque elimina el ansia de inmortalidad. Nada temible, en efecto, hay en el vivir para quien ha comprendido que nada temible hay en el no vivir."

(Marcel.li Antunez: 'Epizoo')
Esa cultura de la muerte, nacida y criada por los vínculos naturales de la comunidad con la supervivencia, desaparece a medida que el progreso material reduce la incertidumbre sobre la vida y la necesidad de cohesión en sociedades complejas elimina la responsabilidad personal en la propia muerte, condenando el suicidio o compartiendo con otros el acto de morir en la eutanasia. La eutanasia triunfa como rito colectivo que conjura el miedo a morir. Celebra una doble complicidad: la asistencia al suicidio por parte de los conjurados y su retransmisión por los medios como representación y tragedia valiente que une a los espectadores. La intimidad y trascendencia de la muerte, junto a la responsabilidad, son expropiadas mediante el placebo tranquilizador del individuo contemporáneo que son esos mecanismos de cohesión. El muerto real es la libertad de morir. Esa transferencia de responsabilidad, esa liturgia de falsa complicidad alrededor de la eutanasia es un episodio más de la fobia pública al conflicto y a la intransferible competencia de quien lo vive. En este caso, fobia a la muerte, es decir a la vida.

Del mismo modo que el náufrago entraba en religión al verse en trance de morir, nuestros modernos náufragos entran en sociedad al encontrarse en peligro de invalidez o dolor. En el primer caso, para que Dios le librara de sus pecados; en el segundo, para que los espectadores le libremos de la libre elección de morir y bendigamos su supuesta opción. Morir dignamente es, ante todo, morir personalmente.

Etiquetas:

16 de enero de 2007

Mascarada, violencia y subversión

(Yinka Shonibare, ‘Un ballo in Maschera’)
Al cabo de 40 años de terrorismo nativo la política antiterrorista se parece cada vez más a ese paisaje de la Islandia central que describía W.H. Auden con ironía: “el pedregoso, el más pedregoso y el pedregoso del todo. Las piedras (...) no son lo bastante grandes para impresionarte, ni demasiado pequeñas para negociar con ellas. Ni son pintorescas, ni tienen la menor utilidad.” Como una lluvia ácida sobre roca porosa, dos fatalismos se han asentado en la costumbre del Estado:

1º) la hegemonía del nacionalismo vasco, fundada sobre una larga y áspera desigualdad de derechos de los ciudadanos en ese territorio y la clandestinidad tolerada que una mitad de ellos sufren tanto en la vida cotidiana como en la política, en el bar y la escuela como en las urnas.

2º) la expansión de ese nacionalismo hacia las competencias -tan residuales como de ejercicio vergonzante- del Estado en el País Vasco, con un status de independencia de facto como objetivo viable a medio plazo, y hacia la ocupación de territorios vecinos como Navarra y… el condado de Treviño.

Los atentados terroristas forman parte de ese paisaje y cuentan con su ritual de duelo, encabezado por editoriales y columnas periodísticas que rizan el luto, y con sus plazos y trámites de amortización. Gana el partido que tenga más reflejos y habilidad para recuperar la oferta política de las rebajas democráticas: vida a toda costa, Estado y muertos incluidos. El duelo se acorta cada vez más y se exportan los cadáveres por vía aérea sin hacerles funeral que pueda comprometer imágenes de gobernantes. El Estado se reúne alrededor del cadáver -anuncio de que el suyo será el próximo- como una familia numerosa y descastada, cuyos miembros se apresuran a recordarse mutuamente que nunca se ven más que en los entierros y a prometerse estar más unidos, con la íntima convicción del mentiroso que se despide hasta el próximo e indiferente muerto.

Pero el hastío de tantos años hace que los aspavientos y su ritmo durante el funeral simbólico también cambien: ahora se exige unánimemente que el adiós a las armas de ETA sea inicio y no final de ruta, que las cesiones del gobierno se limiten a beneficios penitenciarios y medidas de gracia, por este orden y contra ratificación de ese adiós por parte de los terroristas. Y se excluye cualquier precio político, excepto el que se viene pagando desde la restauración de la democracia, las letras por el pecado original de la dictadura. Pronto se aceptará que esas condiciones previas y concesiones tasadas sean simultáneas con la renuncia a la violencia, en un nuevo proceso tácito protagonizado por mediadores y adornado por mohines de soberbia de “los que saben y, por tanto, callan”.

(Orlan, serie African self-hybridation)

Es significativo observar cómo está ausente de cualquier análisis político o mediático el antiguo lugar natural –geográfico y cultural- de expansión del nacionalismo: el País Vasco francés. La política del país vecino ha sido la de encerrar entre dos férreos interrogantes –firmeza estatal y convicción social- el hipotético conflicto que le brindaba ETA. En cambio, nuestra respuesta es la gestión aplicada de una culpa indeleble, el mito de la opresión española hacia sus naciones irredentas, y se ha traducido en una generosa importación de pretensiones territoriales hacia nuestras propias regiones.

Si hemos dedicado 30 años de democracia al duelo de las víctimas y al quebranto del Estado, contemplados por los violentos y sus rentistas desde el palco de la impunidad, bien podemos destinar una temporada a reconstruir un Estado que deshaga la ilusión del derecho al ‘ámbito de decisión vasco’ y a la anexión de nuevos territorios y competencias. Un Estado que se reivindique contra la hipoteca de la dictadura, de gestión infame por partidos políticos carentes de proyecto. Un Estado visible y no oculto, que salga de su propia situación de excepción y la devuelva a quien la ha implantado: el nacionalismo vasco, violento o pacífico; que recupere su institución y costumbre de manos de ese valido en lugar de seguir desapareciendo por omisión. Cuando la subversión es categoría del Estado, los atentados son accidentes.

Toda política gubernamental contra el terrorismo debe ser una política de Estado, en la que la defensa del contrato social y la costumbre democrática se plasme en la recuperación de los derechos perdidos por una parte de su ciudadanía y el ataque a los derechos ilegítimamente conquistados por una minoría. Y la esgrima de esa política es la convicción ciudadana y cohesión social que sólo surgen cuando gobierno y partidos hacen que la sintamos como propia. Otra vez hay que recurrir a palabras ajenas pero cuyo acierto las hace propias y la oportunidad, de todos: "No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos qué forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el Tiempo." (Cioran)

Etiquetas:

10 de enero de 2007

Rumbo al Nickjournal (¡Todos a cubierta!)

La goleta de tres palos, o polacra, está aparejada con, al menos, trece velas, a saber: tres velachos, tres foques, la trinquetilla, la vela de estay, las cangrejas del trinquete, del mayor y del mesana y las escandalosas del mayor y del mesana. Sumen: trece velas. Barco óptimo para el comercio: de sal, de azúcar, de especias, de esclavos... Barco de despejada cubierta, al carecer -salvo en el trinquete- de velas cuadras y de mucho querer el viento. Barco para la mar gruesa, para las rugientes cuarenta, para las fuerzas siete-ocho...

Cuatro blogueros, como los cuatro palos de la polacra incluyendo al bauprés, hemos decidido armarla y botarla: Melò, Protactínio, Tsevanrabtan y un servidor. Pero una polacra nada es sin sus, al menos, trece velas. Al menos otros tantos nicks escribirán ahí sus crónicas, sus ocurrencias, sus resúmenes o sus pesadillas. Y todos ellos, y todos ustedes, en cubierta: al sol, al viento, a la rueda, escalando -flechaste a flechaste- los obenques, guardando las vergas. Allí nos tendrán a partir de esta noche o de las primeras horas de mañana, según esté la marea.

Rumbo: Nickjournal
http://nickjournalarcadiano.blogspot.com/

Para empezar, he aquí el público Manifiesto que los cuatro firmamos y confirmamos.

Todos los nicks, un nick y un destino: el Nickjournal. Tres años de relaciones no se tiran por la borda cuando han desatado una complicidad propia de los lectores avisados de los antiguos diarios. El encantamiento, el deseo y el aprecio entre los paseantes continúan. Cuando el invento es bueno, no se zozobra: se atan los restos y se recupera el rumbo. Trama de afectos, decía su fundador, que se urdió sobre otras tramas: de conocimientos y sensibilidades de náufragos en época de naufragios. El NJ ha sido una buena aguja de marear que hizo de esos náufragos buenos navegantes y embajadores. Refugio de raros y curiosos, tímidos y golfos, mirones y exhibicionistas. Ha sido puerto donde recalar de travesías ingratas, pero puerto felizmente abierto a las inclemencias de la opinión mutua.

Queremos mantener los reflejos y la espontaneidad propios de un foro diario y continuo. Una corrala de vecindad que con sus filias, fobias, asomos y tribunas, ha ido tejiendo una red de afinidades intelectuales, más que ideológicas, una elección de sensibilidades y un mercado de razones sin precio.

El nick hace al hombre como el Nickjournal lo querencia. Sin estabularlo, sin domarlo, pero con atracción por la sábana. Una sábana que aquí seguirá siendo transparente, para que se vean todas las razones, corazones, roces y tocamientos, si es menester. Un territorio abierto hasta el amanecer pero sin vampiros. Seguir siendo eco y caverna -ilusión que multiplica la realidad-, casino y diligencia de correrías.

Emprendemos esta aventura con el soplo de Chesterton: “La idea que no trata de convertirse en palabra es una mala idea y la palabra que no trata de convertirse en acción es una mala palabra.” Sin pretensiones ni tensiones, invitados todos quedan a esta caravana de colonos. Como no somos comestibles, la complicidad está asegurada.

Bienvenidos a bordo. Buen viento de popa, marineros.

Etiquetas:

9 de enero de 2007

Melò-trama

Últimas noticias desmienten el rumor: ¡Melò vive y vive entre nosotros! Desde el cierre matinal de su blog había desaparecido pero las pesquisas de nuestro Reportero Parcial han tenido éxito: ha sido hallado, y bien hallado, vivo y coleando (perdón) en el baile anual de la Academia de Infantería. Y encima sin la boina del Ché, componiendo su ya legendaria figura de fina estampa, caballeeeero. Vayamos todos juntos y él el primero, por la senda del reportaje de impacto:

Toledo, El Reportero Parcial, 9 enero 2007.

RP (esquivando un volantín del primer paso de baile de Melò): ¿Fin de la Historia o nueva Alianza de Civilizaciones?
Melò: Crunch, crojj, clack.

RP: ¿Puede dejar el canapé? A los hechos: ¿Considera lógica esta crisis blógica o más bien supercalifragilística, a lo Fellini, o espirialidosa, a lo Dawkins?
Melò: ¡Opà!

RP: Brillante, sintético y preciso, por Thor. ¿Podría resumir en una metáfora el balance de su blog?
Melò: ﻱ♫הּלּ♥♣£®

RP: Sentimientos elevados, vive Dios. ¿Con alblog o sin alblog?
Melò (en grácil salto hacia la fuente del ponche): ¡Tacháaan!

RP (rescatándolo de los brazos de la hija del coronel): Intrépido explorador, ¿podría presentarnos a la beldad que luce sin par frenillo?
Melò: Aquí mileidi la Juani, un futurible.

RP: Dinámico galán, ¿por qué le hace una llave de judo a su suegro? ¿Es su petición de mano o de traslado?
Melò: Yiu-gon. Craaaack.

RP: Su identidad fue siempre un enigma pero su fama de conquistador le precedía, ¿cuáquero o laico?
Melò: Galano, sólo galano.

RP: ¿Proyectos inmediatos? ¿Nuevos tumbos? (Rumbos, rumbos, que el baile todo lo confunde)
Melò (componiendo una estampa naïf de rigodón con los cadetes): En coro o a capella, pero siempre a vela.

Poeta experimental, locuaz, dicharachero, parlanchín, ¿por qué no decirlo? ¡Qué tiempos aquellos! Conocí a Melò en la milì, cuando regentaba la Caja de Reclutas que había montado en su chiringuito playero. Me alisté de inmediato, guiado por Procopio y su proverbial sentido común, el cual sigue a la venta y no me cansaré de pregonar. Por todo uniforme y pista para navegar me dio un chusco y, al hincarle el diente, se me saltó mi primer empaste y una lágrima furtiva que cayó en la arena. Su blog fue un retrato vivo y divertido de aquella enseñanza de Chesterton: “El fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla con algo valioso”.

Etiquetas:

4 de enero de 2007

El Nickjournal se reduce.

El Nickjournal del Blog de Arcadi se reduce a una edición semanal, de jueves a viernes, de 11h. a 11h., de sol a sol medianero. De diario a semanario es pasar de la opinión viva y la conversación espontánea a la trinchera propia de la revista. De la taberna al sillón y de éste a la estantería. La antigua espontaneidad y la cita diaria con nicks y paseantes, quedan tasadas a hora de visita. La gracia del Nickjournal era la del periódico clásico, su aparición diaria, la fidelidad como ancla de relación social, su condición de abierto hasta el amanecer. La misma convocatoria cotidiana y continua que hacía del periódico ‘el diario’, que llamaban antes los abuelos, el motivo que sacaba sus conversaciones de la monotonía prevista al levantarse cada mañana. Una referencia para conocer lo que pasaba en el mundo y para departir con los vecinos las noticias a través de sus opiniones. Una manera de ordenar la vida, que eso es el periodismo diario. Tanto la periodicidad diaria como el género epistolar de las intervenciones en el NJ le daban la complicidad propia de los lectores habituales de diarios decimonónicos. Un casino tecnológico.

El propio Arcadi lo decía: una trama de afectos. Añado otras tramas: de conocimientos y sensibilidades de náufragos en época de naufragios. El NJ ha sido una buena aguja de marear que hizo de esos náufragos buenos navegantes. Refugio de raros y curiosos, tímidos y golfos, mirones y exhibicionistas, gentes de toda condición y buena laya. Ha sido puerto donde recalar de travesías ingratas, pero puerto felizmente abierto a las inclemencias de la opinión. Una corrala de vecindad que con sus filias, fobias, peleas y tribunas, fue tramando una red de afinidades intelectuales, más que ideológicas, una elección de sensibilidades y un mercado de razones.

La reducción al Nickweek –fonética de robot, lejos de la síntesis humana a que sonaba el Nickjournal y su olor a papel imprenta- recuerda al mercadillo que se organiza en el Paseo del Prado de La Habana, un mercadillo espontáneo y semi tolerado de alquiler y venta de casas. Allí la gente se anuncia colgando pequeñas notas en los troncos de los plátanos del paseo o voceando “me amplio”, si tiene posibles y aspira a una vivienda mayor, o “me reduzco” si alquila una parte de su casa a otra familia. Entre los realquilados de La Habana Vieja los hay que se instalan en una ‘barbacoa’, un altillo construido dentro de una habitación en el que instalan sus colchones y escasos enseres. La vida de los habitantes de barbacoas es de ocasión y está condenada a hacerse en la calle, porque lo estrecho e incómodo del lugar impide alternar con los vecinos como la humanidad pide. Buscan otros foros pero saben que su querencia está en éste.

Parece que se suprimen también los Grandes Momentos del NJ, lo que es asunto de poca monta y decisión más comprensible por el trabajo diario de lectura y selección que supone para el anfitrión. Hace ahora poco más de un año que entré en el Blog de Arcadi y en su Nickjournal: el balance personal es que entré a tiempo, en un tiempo de auge en el que la bisagra entre veteranos y novatos fue doblándose hasta alcanzar el bagaje de conocimientos y modos de relación aprendidos. Como homenaje al gran invento que supuso el Nickjournal, invirtamos la resignación de las palabras de Auden: “Por la tarde, cruzamos a caballo el lago hasta Brekka [Nickweek] ... Romántico cielo nocturno sobre el lago y, [por fortuna, muchos romances].”

Etiquetas: